» ‘China’, vamos a tomar desayuno» fue la última frase que Eugenio Rodrigo (79) le dijo a su esposa Zenaida Mamani Sancho (66), con quien comparte 55 años de matrimonio, antes de que ella recibiera un impacto de bala disparado por sicarios la noche del 12 de marzo, en el distrito arequipeño de José Luis Bustamante y Rivero.
Zenaida Mamani, quien se encontraba disfrutando de una salchipapa en un puesto ambulante en el cruce de la avenida Vidaurrázaga con Los Incas, había salido a comprar verduras al Avelino. En ese momento, cuatro sicarios a bordo de dos motocicletas dispararon a quemarropa contra Héctor Junior Valdez (27), un ciudadano venezolano que transitaba por la zona. Durante su huida, los delincuentes dispararon al aire, y una de las balas alcanzó a Zenaida en el cuello, hiriéndola gravemente, junto con otros dos transeúntes.
La mujer fue rápidamente trasladada al área de Emergencia del hospital Honorio Delgado Espinoza por personal de SUAT, donde los médicos confirmaron que la bala había llegado hasta la médula espinal, dejándola sin movilidad en la mitad de su cuerpo. Fue derivada a la unidad de Trauma Shock, pero según relató su familia, los médicos informaron que no contaban con los equipos necesarios para una operación de tal magnitud.
«Estuvimos esperando toda la noche, pendientes de su situación, pero nos dijeron que no podían hacer nada. Además, el trato fue deficiente. Finalmente, la trasladamos a una clínica privada que sí tiene el equipo necesario para la operación», relató entre lágrimas Elizabeth Rodrigo, hija de la víctima.
El costo de la operación supera los 50 mil soles debido a su complejidad, pero la familia no tiene los recursos para cubrir los gastos de la intervención. Para aquellos que deseen colaborar, se ha habilitado el siguiente número de Yape: 923266380, a nombre de Elizabeth Rodrigo.
EXIGEN JUSTICIA Y CAPTURAR A LOS SICARIOS
Eugenio Rodrigo, angustiado, solicitó a la Policía Nacional que localicen a los responsables de este crimen. Según se ha indicado, este ataque formaría parte de un presunto ajuste de cuentas, que también dejó heridas a otras personas. Elizabeth, entre lágrimas, expresó que, aunque los sicarios sean capturados, nada devolverá a su madre tal como estaba.
«Ni aunque la policía los atrape, nadie podrá devolver a mi madre como estaba. Ella solo caminaba por la calle, no robó, no mató, no atacó a nadie. Queremos que haya seguridad para que las personas puedan caminar tranquilas», comentó Elizabeth.
La Policía Nacional informó que Héctor Junior Valdez también fue dado de alta y se encuentra en calidad de citado, tras haber confesado que los atacantes pertenecen a la organización criminal «Los Gallegos», aunque él negó estar vinculado a otras bandas delictivas.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron que Valdez sí estaría relacionado con actividades ilícitas, por lo que las autoridades ya seguían su rastro desde hace varios meses.