Ni siquiera las comisarías están a salvo del delito. Seis teléfonos celulares que se encontraban bajo custodia policial desaparecieron misteriosamente dentro de la comisaría de Yanahuara, así lo confirmó el jefe de la región policial, general Olger Benavides, quien señaló que el hecho está siendo investigado.
La denuncia fue presentada el pasado 13 de mayo por un suboficial en retiro, quien regresó a la dependencia policial para entregar documentación pendiente, constató que los equipos móviles, que estaban lacrados en bolsas plásticas y registrados oficialmente, habían desaparecido. Lo más alarmante: los principales sospechosos son los propios agentes policiales encargados de su custodia.
“Ya hay una denuncia. Se harán las investigaciones, hay efectivos que tenían la responsabilidad de custodiar esos celulares que están procesados, y se tendrá que investigar. Cada uno es responsable de sus actos u omisiones”, declaró escuetamente el general Benavides, sin mayor detalle.
Sin embargo, el general evitó informar cuántos policías están involucrados o bajo investigación, pese a que este medio solicitó esa información de forma directa. La falta de transparencia y la actitud evasiva del alto mando policial no solo genera más dudas, sino que refleja una preocupante debilidad institucional frente a hechos de corrupción interna.
En una institución que debería garantizar la seguridad y el respeto por la ley, el robo de evidencias dentro de una misma comisaría pone en entredicho el control interno, la disciplina y la confianza ciudadana en la Policía Nacional del Perú.