La familia de la joven ingeniera María Carrillo Valdivia, quien perdió la vida atropellada el pasado 16 de julio por el exfuncionario Derly Jesús Núñez Ticona, volvió hoy al cementerio municipal de Sachaca. Llevaban una torta, flores y lágrimas. María habría cumplido 30 años este 20 de octubre, pero en lugar de abrazos y música, su familia le cantó el “Happy birthday” frente al nicho donde descansan sus restos. En la torta, con letras rosadas, se leía: “Feliz cumple, flaquis”.
“La extraño mucho. Un cumpleaños normal con ella era pasarla en familia, sonriendo y bailando. Ahora mi hija, que aún no asimila su partida, pregunta por su mamá”, contó con la voz quebrada su esposo Ronal Blanco.
Han pasado tres meses desde la tragedia y la familia denuncia que aún no hay justicia. “El responsable no está requisitoriado, sigue libre como si nada. La justicia no es igual para todos. Pedimos a la Fiscalía, Policía y Poder Judicial que hagan su trabajo”, reclama Ronal entre sollozos, acompañado de la madre de María, quien no puede contener las lágrimas.
Pese a las diligencias realizadas, el caso no avanza con la celeridad esperada. El acusado, Derly Jesús Núñez Ticona, exfuncionario de la Municipalidad Provincial de Mariscal Nieto (Moquegua), continúa con su vida con total normalidad; solo su camioneta con placa VAO-551, permanece incautada.
María era una profesional perseverante. Estaba por culminar su maestría y se esforzaba por reunir 10 mil soles para pagar sus estudios y ofrecer un mejor futuro a su hija. Por eso trabajaba en dos empleos: uno de ellos como agente de seguridad en la empresa Ramuska SAC, dedicada al mantenimiento de paneles publicitarios.
El día de la tragedia, se encontraba de turno cerca del puente peatonal del centro comercial Real Plaza, en la avenida Ejército, donde dirigía el tránsito con linternas de señalización. Una camioneta que circulaba a gran velocidad la embistió sin darle oportunidad de reaccionar. Desde entonces, su familia solo pide una cosa: justicia.