El pasado 18 de mayo, el joven de iniciales B.R.C. (19), habría perdido el control de su motocicleta en el distrito de Ataura, departamento de Junín. Después del incidente, intentó seguir su camino hacia su casa; sin embargo, las heridas lo obligaron a buscar atención médica en el hospital Domingo Olavegoya de Jauja.
Los médicos detectaron que el paciente se desangraba internamente por una lesión en el hígado y bazo, por lo que decidieron someterlo urgentemente a una intervención para controlar la hemorragia.
Después de ser ingresado en el hospital, los padres del paciente firmaron un documento rechazando explícitamente la transfusión de sangre por motivos religiosos. Posteriormente, la directora ejecutiva de la Red de Salud Jauja, Lic. Nancy Baquerizo Inga, solicitó la intervención de la Policía Nacional del Perú y representantes de la Fiscalía a la Unidad de Cuidados Intensivos para explicarle que su vida corría peligro.
Aunque estos acudieron al lugar, agonizando y con dificultades para hablar, su petición a las autoridades fue que se respetara su deseo de no recibir ninguna transfusión de sangre.
Los padres insistieron a los médicos que usaran métodos alternativos, como la eritropoyetina (líquido incoloro que se inyecta por vía intravenosa para prevenir o tratar la anemia), y según la familia, ayudaría a aumentar su hemoglobina. A pesar de su lucha por sobrevivir, el joven de 19 años, falleció después de cinco días.
