Las palabras conmovedoras de Jessica, una valiente niña de 8 años que lucha contra el cáncer desde los 4 años, nos llegan directo al corazón: «Soy Jessica, tengo 8 años. Agradezco tu donación. ¡Gracias a ti puedo seguir disfrutando cada momento de mi vida!». Su determinación es inspiradora, y su objetivo es vencer esta enfermedad que desafía su corta edad.
Jessica no está sola en esta batalla. Hay otros 70 niños, también en lucha contra el cáncer en el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas del Sur de Arequipa, que escriben cartas mientras se encuentran hospitalizados. En estas cartas redactadas en hojas blancas con puño y letra, expresan su agradecimiento a todos aquellos que se acercan a donar sangre, ya que esta contribución es vital para su tratamiento y recuperación.
La presidenta de la asociación «Valientes Leoncitos del Iren Sur», Luz Marina Arisaca, destaca que hace más de 2 años, los padres y los niños tomaron la iniciativa de escribir estas cartas, que luego son entregadas por el banco de sangre a los donantes como un gesto de agradecimiento, con la esperanza de incentivar su regreso.
Las cartas son preparadas por la asociación, pero los niños las elaboran con su propia letra y entusiasmo, aunque en ocasiones los padres les brinden ayuda debido al agotamiento causado por las quimioterapias.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y la gratitud expresada en estas cartas, la realidad es que aún no se ha proporcionado un área especializada para pediatría, camas de cuidados intensivos o salas de quimioterapia exclusivas para niños. Han pasado más de 4 años y los pequeños continúan esperando una mejora en la atención que se les brinda.
La presidenta de la asociación enfatiza la importancia de contar con un espacio dedicado exclusivamente a los niños, ya que no es justo que compartan la emergencia o la hospitalización con adultos.
Presenciar situaciones críticas y peligrosas puede ser traumático para los pequeños, y es fundamental proporcionarles un entorno adaptado a sus necesidades y garantizarles un trato adecuado y seguro.
La historia de Jessica y de los demás valientes niños resalta la importancia de apoyar a estos pequeños luchadores. Su fuerza son un llamado a la solidaridad y a la acción para mejorar la calidad de vida de todos aquellos que enfrentan enfermedades tan desafiantes desde tan temprana edad.