El Perú está de luto por la partida de Yola Polastri, la icónica animadora infantil que dedicó su vida a alegrar la infancia peruana. Falleció este domingo 7 de julio de 2024, luego de haber sido dada de alta tras sufrir un derrame cerebral. La triste noticia fue anunciada a través de sus redes sociales, donde la familia Polastri Giribaldi invitó a todos sus seguidores a unirse en este momento de profundo dolor.
Yola Polastri, conocida cariñosamente como la “Chica de los niños”, había capturado la atención mediática desde mayo cuando fue ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Delgado, en Miraflores, tras una revelación de Magaly Medina. A pesar de la reserva de su estado de salud tras el alta médica, finalmente se confirmó su fallecimiento, dejando un vacío irreparable en el corazón de miles de peruanos que crecieron con sus programas en las décadas de los 80 y 90.
LEGADO DE YOLA POLASTRI
Yolanda Piedad Polastri Giribaldi fue mucho más que una animadora infantil: también fue cantautora, bailarina, coreógrafa, productora y actriz. Su legado perdurará en programas como “El mundo de los niños”, “Los niños y su mundo” y “Hola Yola”, los cuales marcaron a generaciones enteras durante más de 20 años en la televisión peruana.
Desde su juventud, Yola Polastri destacó en el colegio Santa Rosa de Lince y recibió formación en ballet en el Ballet de Miraflores y con Trudy Kressel. A los 17 años inició su carrera en Panamericana TV, participando en programas y novelas emblemáticas como “El tío Johnny” y “Simplemente María”. En América TV condujo “Hola Yola”, un programa que ayudó a lanzar a figuras como Jorge Benavides, Alberto Beingolea, Ebelin Ortiz y Juan Carlos Orderique.
El 31 de diciembre de 1994, Yola Polastri se despidió de las pantallas con un especial emotivo. Luego, se dedicó a realizar shows privados con su campaña “Recobrando valores” y continuó activa hasta su último espectáculo masivo el pasado sábado 3 de febrero en el coliseo Eduardo Dibós, junto al grupo Río.
El legado de Yola Polastri trasciende la pantalla; es un testimonio vivo de amor y dedicación hacia los niños y la cultura peruana. Su partida deja un vacío en el corazón de quienes la conocieron y admiraron su pasión por enriquecer la infancia con valores y entretenimiento de calidad.