“Recibimos una llamada que informaba que había una mujer a punto de dar a luz.” Así comienza la extraordinaria historia de los policías Juan Cayra Quispe y Juan Vilca Tacuri, cuyas vidas y vocaciones fueron transformadas por un acto inesperado de humanidad.
La historia se desarrolla en la asociación Carlos Baca Flor, Mz.D, en el distrito arequipeño de Cerro Colorado. Los agentes, asignados a la comisaría de Zamácola, respondieron con rapidez a una alarma urgente: una joven de 23 años, Sabrina Nolerbe S., estaba a punto de dar a luz. El plan era trasladarla al centro de salud, pero el parto se adelantó y la emergencia requirió una respuesta inmediata.
Con una destreza sorprendente y una compasión sin igual, los policías se encontraron en la inesperada posición de parteros. Entraron en la habitación de Sabrina y, con gran cuidado y profesionalismo, asistieron en el parto de la joven madre que se encontraba en el periodo expulsivo. En medio de la tensión y la incertidumbre, los agentes lograron realizar el alumbramiento de una hermosa recién nacida.
El pequeño milagro fue seguido por un traslado rápido al Centro de Salud de Zamácola, donde tanto Sabrina como su hija recibieron la atención médica necesaria. La joven madre, emocionada y agradecida, expresó su profundo agradecimiento a los agentes, quienes no solo cumplieron con su deber, sino que también mostraron un notable sentido de humanidad en una situación crítica.